Bitácora de ruta: San Sebastián, un pedacito de hogar

Bitácora de ruta: San Sebastián, un pedacito de hogar

Hay lugares que se sienten como un abrazo.
San Sebastián fue uno de esos. Llegamos sin grandes planes, solo con las ganas de frenar un poco el ritmo y disfrutar del simple hecho de estar.

Pronto nos vimos viviendo esa “normalidad” que tanto se extraña en el camino: el olor del pan de la mañana, los estudiantes que pasan apurados a clase, los saludos de los vecinos, la policía que se acerca con una sonrisa solo para pedir una foto con la vieja autocaravana. Y ahí estamos nosotros, con el mate caliente entre las manos y el sol regalando sus primeros rayos, sintiéndonos parte del barrio, aunque sea por unos días.

Los días fueron pasando y la rutina se volvió bonita. Papá y mamá estrenaron gafas nuevas, los chicos hicieron nuevos amigos, y cada tarde tenía su pequeño ritual. Compartimos mates,  cenas improvisadas en la calle con otros viajeros, y por unas horas, todos fuimos parte de una misma familia.

Después llegan los abrazos, las despedidas, y ese “hasta pronto” que siempre deja una mezcla de alegría y nostalgia. Pero también una certeza: los caminos se cruzan por algo.

Porque el mundo, al final, no es tan grande como parece.
Y reencontrarse, en algún punto del mapa, es solo cuestión de tiempo.

Seguimos rodando y creando en el camino.
🌿 Nudos Nómadas

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